"Incluso cuando ya no me respondes, siempre intento preguntarte
qué prefieres. Aunque no me lo puedes decir, yo sé que lo valoras.
Sólo con tu mirada me das tu aprobación. Sé perfectamente
lo que quieres en cada momento. Me acuerdo de tus gustos
y trato de buscar una explicación lógica. Esto me ayuda a decidir
sobre la mejor opción y creo que tú sientes que participas
y que te tengo en cuenta."
Una de las necesidades humanas más importantes es la dignidad. El respeto a la privacidad física y emocional, al derecho a elegir o a ser escuchado, no debe cambiar cuando una persona está enferma o queda discapacitada, sino más bien todo lo contrario debe acentuarse y cuidarse más.
Privacidad física y emocional
- Cierra la puerta cuando le ayudes a vestirse o a usar el baño.
- Toca a la puerta antes de entrar.
- No comentes información privada con otras personas sin su permiso, aunque sean miembros de la familia.
Escucha activa y valoración de su opinión
- Escucha sus preocupaciones.
- Pídele su opinión y hazle saber que lo que dice es importante para ti.
- Hazle participar en todas las decisiones.
- Incluye a la persona dependiente en la conversación. No hables de ella como si no estuviera presente.
- Háblale como a una persona adulta, incluso cuando no esté seguro de cuánto entiende.
- Si la persona puede hacerlo, permite que decida qué y cuándo comer.
- Si la persona tiene problemas cognitivos, ofrécele opciones sobre qué y cuándo comer.
- Si piensa que una decisión es tonta o nada importante, trata de ver por qué es importante para la persona.
- Se flexible. Si la persona dependiente se niega a bañarse todos los días, acepte bañarla sólo con la frecuencia necesaria.
- Si la persona se niega a tomar su medicación, intenta negociar la solución. Explícale la importancia de tomar su tratamiento y ofrecéselo con su comida favorita (siempre que la receta se lo permita).
- Si la persona insiste en usar la misma ropa todos los días, usa una toalla como protección cuando coma y lave su ropa por la noche.
Autoestima
- Anímale a identificar sus virtudes y verbalízalas junto a él o ella.
- Proporciónale actividades y herramientas que aumenten su autonomía.
- Facilítale actividades que le haga sentirse útil.
- Si existe un deterioro en su imagen física evidente por su enfermedad, ayúdale a separar el aspecto físico de la valía personal.
- Ayúdale a que hable sobre sus pérdidas debidas a la enfermedad y las asuma (delgadez, caída del pelo, amputaciones...).
- Explícale a las personas del entorno y de la familia los cambios en la imagen corporal y normalízalos.
- Facilítale el ir cerrando etapas: económicas, familiares, y laborales, si procede.