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domingo, 31 de julio de 2022

El sol, necesario siempre.

 Sol, amigo o enemigo

 Darse el placer de sentarse o dar un paseo para tomar el sol cada día es, junto con el ejercicio físico diario, una de las actividades que los ancianos tienen que incluir sí o sí en su rutina, ya que les proporcionará vitamina D de forma natural, la cual es fundamental para conseguir el metabolismo del calcio.

Hay que saber que los ancianos carecen de esta vitamina muchas veces no solamente por tener una edad avanzada, sino por los cambios que se producen en su estilo de vida y por no llevar un envejecimiento activo.

¿Cuánto tiempo hay que tomar el sol en la tercera edad?

Las personas mayores no deben pasar demasiado tiempo expuestos al sol, lo idóneo es que estén unos 15 o 20 minutos, un período suficiente para favorecer la calcificación de los huesos.

El sol y sus grandes beneficios en las personas mayores

Inmunidad: gracias a la vitamina D sus cuerpos tendrán una respuesta inmune y adaptativa.

Huesos más sanos: se fortalecen gracias a que la vitamina ayuda a absorber el calcio.

Menos enfermedades: disminuye el riesgo de contraer algunas enfermedades.

Sube el ánimo: estimula hormonas que producen estados de felicidad.

Aumenta las defensas: puede incrementar la cantidad de glóbulos blancos.

Equilibrio del colesterol: en ciudades con climas soleados las personas tienen menos
 probabilidades de padecer enfermedades cardiovasculares.

Reduce la presión sanguínea y la hormona paratiroidea: cuando los niveles de la vitamina D aumentan por el sol.

Prevención contra el cáncer: actúa como protección natural por el efecto de la vitamina D frente a los tumores.

Enriquece la calidad del sueño: cuando no hay luz los niveles de melatonina son más elevados, al contrario de cuando sí que hay, lo que hace que las personas mayores sean más activas durante el día.

Para tomar el sol siempre… protección

 Es muy importante cuidar ante todo la piel de los ancianos con crema solar porque la suya es más vulnerable.

De igual modo, no usar crema solar cuando este nublado puede llegar a tener también consecuencias negativas sobre su piel. Este es uno de los momentos más peligrosos porque se cree que no hace sol y su piel puede verse afectada por la falta de protección.





lunes, 11 de julio de 2022

ESTREÑIMIENTO EN LAS PERSONAS MAYORES

¿QUE ES EL ESTREÑIMIENTO?

El estreñimiento es una disminución en la frecuencia de evacuación de las heces, evacuación que puede llegar a ser difícil e incluso dolorosa si la dureza y sequedad de las mismas es elevada. A veces va acompañada de la sensación de no haber evacuado totalmente.

No es una enfermedad, sino un síntoma de otros problemas.

Aunque puede variar en cada persona, se considera comúnmente que una frecuencia inferior a 1 deposición cada tres días (o menos de 3 a la semana) nos dice que nos encontramos ante un caso de estreñimiento.

El estreñimiento es uno de los problemas más importantes que aquejan a las personas mayores, por su incidencia en la población, porque puede generar complicaciones graves y porque afecta sustancialmente a la calidad de vida de la población afectada.

 

 

FACTORES QUE CONTRIBUYEN EN EL ESTREÑIMIENTO

 

Edad

Los cambios fisiológicos asociados a una edad avanzada pueden afectar a los movimientos intestinales que favorecen la defecación. El tránsito intestinal puede hacerse más lento y los mecanismos que detectan la presencia de heces en el recto y favorecen el reflejo de la defecación pueden verse limitados.

Sexo

El estreñimiento tiene una prevalencia mayor entre las mujeres, en una relación de 3 a 1.

El seguimiento habitual de ciertas dietas pobres en fibra puede colaborar en la presencia de estreñimiento. El embarazo es también un factor favorecedor del mismo, ya que con él pueden aumentar las hemorroides.

Cambios de entorno habitual

Algunas personas pueden ver alterados sus hábitos evacuatorios si se ven obligados a defecar en lugares distintos a aquellos en los que lo hacen habitualmente –como puede ser en el transcurso de viajes o por traslados de domicilio– o si el inodoro no está en condiciones de limpieza adecuadas.

Falta de movilidad, dependencia

La falta de movilidad contribuye también a la disminución de los movimientos peristálticos necesarios para la evacuación. La necesidad de depender de la ayuda de otra persona para acudir al baño o la dificultad para acceder a él pueden generar en la persona mayor un reflejo de evitar la defecación o tratar de retrasarla, con la consiguiente acumulación y endurecimiento de las heces en el recto y el colon.

El uso de bacinillas en situaciones de inmovilidad puede favorecer también el estreñimiento, puesto que se generan olores y ruidos que pueden ser embarazosos para la persona mayor.

Medicación

Es común que las personas mayores consuman medicamentos, que en determinados casos pueden favorecer la aparición del estreñimiento por si mismos, como ocurre con los analgésicos de tipo opioide, o por la combinación de medicamentos diversos.

La presencia de estreñimiento crónico puede conducir a un uso continuado de laxantes para remediarla, y ello puede agravar el problema. El intestino “se acostumbra” a no trabajar y cada vez resulta más difícil la defecación.

El uso de diuréticos, asimismo, provoca la sequedad y el endurecimiento de las heces en el intestino.

Hábitos alimentarios

Una alimentación escasa, deficiente en fibra, o la toma de poca cantidad de líquidos son factores que aumentan las posibilidades de que las personas mayores sufran estreñimiento. La ingesta frecuente de alimentos con fibra –verdura, fruta, cereales y legumbres– favorece los movimientos del intestino; una hidratación abundante, por su parte, colabora además en que la consistencia de las heces sea menos dura.

Alteraciones en las facultades cognitivas

La disminución en las facultades cognitivas puede conducir a que la persona mayor no responda a los reflejos evacuatorios, o que modifique sus hábitos defecatorios, ignorando la necesidad de evacuar o retrasando el acudir al baño.

Presencia de patologías

Las enfermedades anorrectales, como pueden ser las hemorroides o la fisura anal, pueden generar estreñimiento al reprimir la persona mayor el reflejo defecatorio, puesto que éste le causa dolor.

Enfermedades neurológicas como la enfermedad de Parkinson, enfermedades de la médula espinal, cuadros de ansiedad o depresión, el síndrome del colon irritable, alteraciones metabólicas como el hipotiroidismo o la presencia de tumores en el colon o el recto pueden explicar la presencia de estreñimiento.

 

 

CONSEJOS PARA EVITAR EL ESTREÑIMIENTO

 

 

  • Aumentar el consumo de agua o líquidos hasta los 2 litros diarios.
  • Incrementar el consumo de fibra vegetal, tomando más frutas, verduras, legumbres y cereales a la dieta habitual. También cabe recurrir a alimentos integrales ricos en fibra. Es posible que al inicio de este aumento en la ingesta de fibra se produzcan algunas molestias originadas por una distensión abdominal debida a la acumulación de gases.

 

consejos evitar estreñimiento 
 
 
 
  • Es recomendable aumentar el consumo de aceite de oliva crudo.
  • Comer despacio, masticando bien los alimentos antes de tragarlos.
  • Hacer ejercicio físico, aunque sólo sea un paseo diario de entre 30 minutos y una hora de duración. En las personas discapacitadas (en cama o inmovilizadas) pueden realizarse masajes abdominales para favorecer la movilidad del tracto intestinal.
  • Otro aspecto importante es tratar de establecer una rutina diaria para ir todos los días al baño a la misma hora. Es un proceso lento que requiere paciencia. Por ejemplo, aunque no tengan ganas de evacuar, se puede ir al baño después del desayuno, buscando la postura más adecuada para poder hacerlo con el mínimo esfuerzo.
  • Si se está tomando algún medicamento que ocasiones estreñimiento, deberá consultarse con el médico para ver si es posible sustituirlo por otro.
  • Suprimir el uso de laxantes, salvo en ocasiones excepcionales. Si se abusa de ellos acaban por no surtir efecto y pueden hacer necesaria la aplicación de un enema de limpieza para eliminar la acumulación de heces que está causando el estreñimiento.

 

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Dieta para estreñimiento. Alimentos ricos en fibra.

CANCER DE MAMA

 

 El cáncer de mama es el tipo de cáncer más frecuente en la mujer, le siguen el de colon, pulmón, útero y ovarios. Es el cáncer más temido debido a su elevada frecuencia; la incidencia va en aumento, ya que 1 de cada 9 mujeres desarrolla un cáncer de mama a lo largo de su vida. Además, la comunidad científica todavía no sabe como prevenirlo y el tratamiento, a menudo, incluye la pérdida de un pecho. 

El 80-90% de los cánceres de mama se originan en los conductos de leche que llegan hasta el pezón y se les llama carcinomas ductales. Cuando están localizados en el conducto pero sin atravesar su pared se habla de carcinoma intraductal in situ y cuando atraviesan la pared e invaden a los tejidos de alrededor se denominan carcinomas ductales invasivos. Los carcinomas lobulillares se originan en las glándulas productoras de leche y representan el 5% de los cánceres de la mama.
 
                              Cáncer de mama: síntomas y tratamiento 
 
  
 
Los factores de riesgo del cáncer de mama son:
 
 
  • Edad: el riesgo aumenta con la edad.  a partir de los 60 años el riesgo es más elevado y resulta muy poco frecuente por debajo de los 35 años, aunque también es posible.
  • Sexo: lógicamente son las mujeres las más propensas a desarrollar cáncer de mama. Sin embargo, los hombres también pueden sufrirlo, pero la probabilidad es de uno por cada cien mujeres.
  • Antecedentes familiares: las posibilidades aumentan si una hermana, madre o hija ha sufrido esta enfermedad. Además, este riesgo se eleva si el familiar que ha padecido cáncer lo ha hecho antes de la menopausia o si ha afectado a los dos senos.
  • Haber sufrido otro cáncer: el riesgo de cáncer de mama aumenta si se ha sufrido previamente otro cáncer, especialmente de ovario o de colon, o un carcinoma lobular o ductal in situ (dos tipos de tumor maligno que aparecen en los lóbulos o en los conductos galactóforos de los senos, o conductos mamarios). Otro posible factor de riesgo es una hiperplasia benigna, una especie de tumor no maligno, que altera el tejido del seno.
  • Menopausia tardía (posterior a los 55 años).
  • No haber tenido hijos o haber tenido el primer parto con más de 30 años.
  • Factores medioambientales: se está investigando la posible influencia de pesticidas, campos electromagnéticos o contaminantes en agua y comida.
  • Estilo de vida: algunas investigaciones han hallado un posible vínculo entre el consumo de alcohol y el desarrollo de cáncer de mama.
  • Obesidad: A pesar de no tener ninguna constatación científica definitiva, muchos investigadores indican que seguir una dieta baja en grasas y rica en frutas y verduras, así como practicar ejercicio físico de forma regular pueden ayudar a prevenir la aparición del cáncer de mama.
  • Estrés: Una vida activa hasta límites excesivos no es conveniente ni beneficiosa. Llevar una vida estresante es nocivo para la salud y, en consecuencia, puede favorecer la aparición de enfermedades.
  • Terapia hormonal sustitutiva (THS): Ciertos investigadores indican que a partir de los 10 años con terapia hormonal sustitutiva puede aumentar el riesgo de cáncer de mama, mientras que otros destacan que no importa durante cuánto tiempo se ha tomado la THS en el pasado, puesto que el riesgo de cáncer existe entre las que siguen la THS, no entre las que la siguieron en un pasado.

Visitas periódicas al ginecólogo, mamografías periódicas y el autoexamen mamario por palpación constituyen las tres medidas más eficaces y necesarias para prevenir el cáncer de mama.

 

Diagnóstico

 En cuanto al diagnostico, la mamografía es la técnica más precisa para detectar el cáncer de mama en estadio precoz, nos ayuda a definir ciertos trastornos benignos y es la clave para disminuir la mortalidad por cáncer de mama. Es el único método capaz de detectar microcalcificaciones o asimetrías en las mamas que puedan relacionarse con lesiones malignas. Las principales sociedades científicas de estudios oncológicos y ginecológicos aconsejan la realización de la primera mamografía a los 35 años de edad; entre los 40 y 50 años, una mamografía cada 1-3 años; después de los 50 años, anualmente. Los ultrasonidos o ecografías no son útiles como prueba de detección precoz del cáncer de mama pero es una técnica que tiene valor. Para distinguir las lesiones quísticas de las sólidas, en especial cuando éstas no son palpables, y ayudan a conseguir muestras de las zonas sospechosas para su análisis celular (biopsia). El mejor tratamiento del cáncer de mama es conseguir diagnosticarlo lo más precozmente posible, en estadios in situ (sin extensión a otros tejidos), ya que hoy por hoy, no se puede evitar que aparezca. Generalmente se detecta como un incipiente nódulo indurado en el tejido mamario, por lo que los métodos de detección precoz como la autopalpación y la mamografía periódica pueden tener gran importancia. También pueden ser señal de alarma el cambio en el tamaño, forma o textura del pezón o la propia mama, o la secreción anómala de líquido por el mismo. En las pacientes de edad avanzada, este tipo de cáncer es muy frecuente y tanto su importancia como su rapidez de evolución y su respuesta al tratamiento son similares a las personas más jóvenes, por lo que no parece tener sentido la exclusión de las pacientes en el acceso al diagnóstico precoz o al tratamiento por razones exclusivamente de edad.
 
 
                             Mamografía - EcuRed
 
                                    
 

Síntomas y signos

 

La mayoría de las mujeres con cáncer de mama no presentan cambios físicos (signos) ni síntomas durante el diagnóstico inicial de cáncer de mama.

Los signos y los síntomas que se deben analizar con el médico se detallan a continuación. Muchas veces la causa de estos síntomas puede ser otra afección médica diferente que no sea cáncer.

  • Un bulto que se palpa como un nudo firme o un engrosamiento de la mama o debajo del brazo. Es importante palpar la misma zona de la otra mama para asegurarse de que el cambio no sea parte del tejido mamario sano de esa área.

  • Cualquier cambio en el tamaño o la forma de la mama.

  • Secreción del pezón que se produce de forma repentina, contiene sangre o se produce solo en una mama.

  • Cambios físicos, como pezón invertido hacia dentro o una llaga en la zona del pezón.

  • Irritación de la piel o cambios en esta, como rugosidades, hoyuelos, escamosidad o pliegues nuevos.

  • Mamas tibias, enrojecidas e hinchadas, con o sin erupción cutánea con rugosidad que se asemeja a la piel de una naranja, llamada “peau d'orange”

  • Dolor en la mama; particularmente, dolor en la mama que no desaparece. El dolor generalmente no es un síntoma de cáncer de mama, pero debe comunicarse al médico.

Si está preocupado por algún cambio que experimente, incluidos los mencionados anteriormente, así como otros cambios que no lo estén, hable con su médico. Su médico le preguntará desde cuándo y con qué frecuencia ha experimentado el (los) síntoma(s), entre otras preguntas.

Si se diagnostica cáncer, el alivio de los síntomas es un aspecto importante de la atención y del tratamiento del cáncer. Generalmente, el alivio de los síntomas comienza poco después del diagnóstico y continúa durante todo el tratamiento. Asegúrese de hablar con su equipo de atención médica sobre los síntomas que experimenta, incluido cualquier síntoma nuevo o cambio en los síntomas.

                   Síntomas del cáncer de pecho y su detección precoz | Tu canal de salud

Tratamiento

 

Existen varios tipos de tratamiento que pueden emplearse en un cáncer de mama. La terapia que se aplique depende de muchos factores, entre los que se incluye el estadio o etapa en que se encuentre el tumor, si hay o no metástasis, el tamaño del cáncer y también el tipo de células cancerosas. Con la clasificación realizada por los médicos se establecen el tamaño del tumor, los ganglios linfáticos afectados y el grado de metástasis o propagación a otros órganos, si es que hay. En el tratamiento del cáncer de mama interviene la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia, con o sin hormonoterapia. Su uso solo o en combinación depende del estadiaje de la enfermedad y de las características de las células malignas. Haciendo un rápido resumen estas terapias son:  

  • Cirugía. El tipo de intervención quirúrgica depende de la extensión del tumor. Si el tamaño del tumor lo permite, el cirujano puede realizar una lumpectomía, que consiste en la extirpación de parte del tejido mamario. Con la mastectomía, en cambio, se extirpa la mama por completo. Ambas intervenciones pueden requerir la erradicación de los ganglios linfáticos más próximos (situados en la axila).
  • Radioterapia. Es un tratamiento local, al igual que la cirugía. De hecho, en ocasiones se administra radioterapia después de una intervención quirúrgica, para eliminar las células cancerosas que no hayan sido extirpadas. La radioterapia es una elevada concentración de rayos X dirigida a un punto concreto. Al aplicar este tratamiento tras extirpar un cáncer, los médicos se aseguran de erradicar por completo el tumor.
  • Quimioterapia. Junto con la terapia hormonal, son los tratamientos más utilizados en cáncer de mama. Los tratamientos hormonales persiguen detener la progresión del cáncer, alterando los niveles de hormonas femeninas. En cambio, la quimioterapia erradica las células cancerosas destruyéndolas.
                                          VI Jornadas de Puertas abiertas, Día Mundial del Cáncer de mama – Ilustre  Colegio de Médicos de Guadalajara