¿Qué es una prótesis de rodilla?
Una prótesis de rodilla es un implante que se coloca en sustitución de la articulación dañada con el objetivo de que realice su función, y permita al paciente recuperar la movilidad de la zona afectada.
La rodilla artificial, está diseñada para que cumpla con todas las características de la rodilla nativa, solo se diferencia en que carece de sensibilidad, por tanto, el dolor provocado por el desgaste articular no existe.
Tipos de prótesis de rodilla
En función de la gravedad de las lesiones que presente el paciente, el médico traumatólogo especialista en rodilla valora qué tipo de prótesis es la más adecuada.
Se diferencian dos tipos principales de prótesis: por un lado, la prótesis unicompartimental, en este caso solo se reemplazan las zonas de la articulación dañadas, sin embargo, en casos de artrosis, no impide que la enfermedad se extienda por la articulación.
En segundo lugar, existen las prótesis de rodilla totales. Estas son más habituales, y se caracterizan por la sustitución total de la articulación.
Operación de prótesis de rodilla: duración y procedimiento
En la operación de prótesis de rodilla, se retira la rótula y se cortan los extremos distales del fémur y la tibia, para ajustar la prótesis al espacio articular. Después, se fijan al hueso los dos componentes de la prótesis, a través de una técnica de cimentación. Por último, se reparan los músculos y tendones de la articulación dañada y se cierra la incisión.
La operación suele durar entre una hora y media y dos horas. Se realiza una incisión de unos 20 centímetros, que reduce el sangrado del paciente y mejorar la cicatrización. La anestesia empleada suele ser raquídea, es decir, de cintura para abajo, aunque en casos de artrosis o problemas de coagulación, se aplica anestesia general.
Cuándo poner una prótesis de rodilla
Habitualmente, la prótesis de rodilla se implanta cuando el paciente ha probado otros tratamientos y no han dado buen resultado.
La causa más común para necesitar una prótesis es la artrosis, ya que el desgaste de la articulación provoca dolores que, en muchas ocasiones, se pueden aliviar con una prótesis.
También, se puede necesitar una prótesis cuando una tras una rotura ósea, la articulación no se ha reestablecido correctamente. En casos de tumores óseos, también se puede recurrir a una prótesis de rodilla para sustituir el hueso dañado.
Cuánto dura una prótesis de rodilla
Las prótesis de rodilla no tienen una duración exacta en el tiempo. Van sufriendo un ligero desgaste en el tiempo, esto se debe a una razón: cuando se implanta una prótesis hay que incluir un material de deslizamiento, sobre el que se realiza la fricción durante el movimiento de la articulación. El material que se emplea es el polietileno que, gracias a sus propiedades, imita al cartílago.
En los últimos años, la calidad de los materiales y las nuevas técnicas utilizadas en las operaciones de rodilla, ha mejorado de forma notable, con lo que, podríamos decir que la duración de la prótesis de rodilla es de alrededor de unos 30 años, después de este plazo, la mayoría de prótesis de rodilla deberán ser reemplazadas.
Sin embargo, conviene recordar que la prótesis de rodilla no tendrá la misma duración para todos los pacientes, ya que cada caso es totalmente diferente.
Tiempo de recuperación tras una prótesis de rodilla
La recuperación tras una operación de prótesis de rodilla, suele requerir de ingreso hospitalario de entre tres y cinco días. El paciente empieza a caminar dos días después de la operación, ayudado por unas muletas y las distancias se van aumentando.
En función de la rigidez que presente la articulación y el estado previo del paciente, la duración puede ser más o menos larga. En el caso de las prótesis de rodilla, adquiere una gran importancia la rehabilitación y fisioterapia de rodilla, que empieza pocos días después de la operación, con el uso de máquinas que permiten aumentar los grados de flexión y extensión de la rodilla, progresivamente.
El tiempo de recuperación de una prótesis de rodilla estimado es aproximadamente de 3 a 5 semanas, pudiendo realizar de nuevo las actividades cotidianas.
Complicaciones tras la implantación de una prótesis de rodilla
Tras la implantación de una prótesis de rodilla, solo un 2% de los pacientes presentan complicaciones, las más habituales están relacionadas con la aparición de infecciones que, en algunos casos precisan de tratamiento quirúrgico.
Además, existen otros factores que, están directamente relacionados con la prótesis: el aflojamiento de la prótesis, que puede provocar dolor y, en algunos casos, puede ser necesario un recambio de la prótesis de rodilla.
Como se ha explicado anteriormente, la prótesis surge un ligero desgaste a lo largo del tiempo. En algunos casos, puede provocar el aflojamiento de la prótesis. También puede producirse una rotura de la prótesis, aunque en casos muy aislados.
Algunos pacientes, pueden experimentar una lesión de los nervios cercanos a la articulación, en casos en los que la deformidad que se corrige es importante, pero no es habitual.
Infección de la prótesis de rodilla
Como se ha mencionado, las complicaciones más habituales suelen ser la aparición de infecciones. Estas, suelen aparecer en personas con obesidad o diabetes.
La infección protésica, se produce cuando una bacteria llega a la superficie de la prótesis de rodilla. Si el sistema inmune del paciente no es capaz de eliminarla, las bacterias pueden crear un “biofilm”, es decir, un ambiente protector que las protege del sistema inmune y los antibióticos. En función de la agresividad de los microorganismos, la infección presentará mayor o menor gravedad.
Los tipos más comunes de infección de prótesis de rodilla son:
- Infección aguda: se produce por una contaminación bacteriana agresiva en el quirófano, y suele presentarse en las cuatro semanas posteriores a la intervención.
- Infección crónica: en este caso, la infección, también, se contrae en quirófano, pero se puede manifestar desde la quinta semana posterior a la operación hasta uno o dos años después.
- Infección hematógena: la infección se transporta, a través de la sangre, desde otra parte del cuerpo humano hasta la prótesis de rodilla.
- Cultivos intraoperatorios positivos: se detectan al retirar la prótesis por aflojamiento.
Cuando aparece una infección de prótesis de rodilla, normalmente se aborda con tratamiento antibiótico, pero es habitual, que sea necesario realizar una intervención quirúrgica, en la que se limpia y se aborda la infección desde dentro. En algunos casos, es necesario el recambio de la prótesis.
Consejos para cuidar una prótesis de rodilla
Una vez se ha realizado la intervención, es importante tener ciertos aspectos en cuenta, para mantener la prótesis de rodilla en buen estado.
En primer lugar, es importante el cuidado de la herida tras la operación, se debe curar de la forma en la que el especialista indique.
Cuando se vuelve a retomar la rutina habitual, es importante evitar los deportes de impacto, ya que ejercen presión en la prótesis y pueden provocar la sobrecarga de la articulación. Se debe controlar el peso corporal, ya que, a mayor peso, la articulación de la rodilla tendrá que soportar mayor presión. También, deben limitarse los movimientos bruscos con la rodilla intervenidas, es recomendable, evitar los movimientos y posiciones que supongan posiciones forzadas para la articulación.