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martes, 14 de diciembre de 2021

LA INCONTINENCIA URINARIA EN LAS PERSONAS MAYORES

 

¿Qué es la incontinencia urinaria?

 

La incontinencia urinaria es una pérdida involuntaria de orina que causa algún tipo de molestia a la persona, generalmente porque se produce en un momento y/o lugar no adecuados.

La incontinencia urinaria no se considera una enfermedad peligrosa, pero hay ocasiones en las que la incontinencia puede ser síntoma de una patología seria –por ejemplo, la esclerosis múltiple–, y no un mero inconveniente. También puede ser señal de algún problema en el conducto urinario que puede mejorar si se plantea un tratamiento correcto.

 

¿Por qué ocurre la incontinencia urinaria en las personas mayores?

 

La incontinencia urinaria supone la pérdida de una función fisiológica, la continencia urinaria, que se “aprende” en la infancia y que es posible por la coordinación de la vejiga (que almacena la orina) y la uretra (que sirve de canal de salida de la orina). La continencia urinaria existe cuando nuestra uretra puede aguantar la presión que ejerce la orina contenida en la vejiga hasta que decidimos vaciarla voluntariamente una vez que hemos recibido el reflejo de la necesidad de orinar (las “ganas”).

Para que exista continencia en la persona mayor, deben darse una serie de circunstancias:

  • Que la vejiga esté en condiciones de almacenar la orina adecuadamente.
  • Que la uretra esté en condiciones de vaciar la vejiga adecuadamente.Que la persona tenga la capacidad cognitiva de percibir las “ganas” de orinar.
  • Que la persona tenga la motivación suficiente para orinar.
  • Que la persona tenga acceso fácil a un lugar adecuado en el que orinar.
  • Que tenga la movilidad y destreza suficientes.

No debemos pensar que la incontinencia es exclusivamente un problema del aparato urinario, sino que puede estar relacionada con distintos órganos o sistemas de la persona mayor: aparato nervioso, aparato genital, aparato locomotor, etc.

No hay duda de que el envejecimiento provoca cambios en el organismo (aparato urinario, próstata, vagina, músculos del suelo pélvico, sistema nervioso…), cambios que favorecen que la persona mayor tenga más probabilidades de sufrir incontinencia, pero no puede aceptarse sin más que por el hecho de ser mayores se tenga que perder la continencia urinaria.

Si este problema de salud es frecuente en las personas mayores es porque en ellas se pueden dar una serie de circunstancias, que tienen mayor influencia que el propio envejecimiento:

  • Existencia de varios problemas de salud a la vez: procesos neurológicos, problemas en el aparato urinario, problemas en los huesos y en las articulaciones…
  • Deterioro funcional: inmovilidad y/o demencia.
  • Toma de un número elevado de medicamentos.        

  •                     La incontinencia de orina en el adulto mayor - PORTALGERIATRICO 
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    ¿A cuántas personas mayores afecta?

     

    La incontinencia urinaria afecta en torno al 20%-25% de las personas mayores de 65 años, con prevalencias de un 15% entre quienes viven en domicilios y están sanas, de entre el 30% y el 35% en personas mayores hospitalizadas, de alrededor del 50% en personas mayores “frágiles” que viven en sus domicilios y de entre un 43% y un 77% en personas que viven en residencias.

    Es más frecuente en mujeres (2-3 mujeres por cada hombre), pero la cifra se iguala a la edad de 80 años, sobre todo entre quienes viven en residencias. Afecta por igual a personas de cualquier raza.

    La incontinencia urinaria aumenta con la edad, y lo mismo ocurre con su severidad (frecuencia y volumen).

     

    ¿Qué tipos de incontinencia urinaria existen?

     

    Según el tiempo de evolución:

  • Incontinencia urinaria transitoria o aguda, de menos de 4 semanas de duración.
  • Incontinencia urinaria establecida o cronica, de más de 4 semanas de duración.

Según la situación que la desencadena:

  • Incontinencia urinaria de urgencia: pérdida involuntaria de orina precedida de una necesidad urgente de orinar y que es difícil contener.
  • Incontinencia urinaria de esfuerzo: frecuente entre las mujeres, es la perdida involuntaria de orina que se produce al realizar un esfuerzo, toser o estornudar.
  • Incontinencia urinaria mixta: es la combinación de incontinencia de urgencia y de esfuerzo.
  • Incontinencia urinaria por vaciamiento incompleto (o rebosamiento): más frecuente en los hombres, consiste en el goteo y/o escape continuo asociado a un vaciado incompleto de la vejiga. Otros síntomas que pueden aparecer son: debilidad del chorro urinario, interrupción de la micción y dificultad en su inicio.
  • Incontinencia urinaria por causas potencialmente reversibles: causas transitorias (asociadas a factores como el embarazo o el parto, cirugías en el aparato urinario, impactación fecal, aumento en la producción de orina, trastornos del sueño…) o funcionales (delirio causado por diversos factores, insuficiente motivación causada por depresión grave, restricción de la movilidad, falta de ayuda para acceder a orinar…).

Segun su severidad:

  • Incontinencia urinaria leve.
  • Incontinencia urinaria moderada.
  • Incontinencia urinaria severa.
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  •                    Errores que no se deberían cometer en el uso de absorbentes

    ¿Cuáles son los efectos de la incontinencia urinaria en las personas mayores?

     

    La incontinencia urinaria en las personas mayores puede conducir a un declive físico, funcional y emocional, y tiene consecuencias funcionales, psicosociales e incluso económicas.

    La incontinencia y las molestias que genera pueden provocar situaciones de aislamiento social, cuadros de depresión y ansiedad.

    La urgencia por orinar es asimismo causa de un incremento de caídas y fracturas, y es uno de los motivos que conduce a la institucionalización (ingreso en residencias).

     

    Factores de riesgo para sufrir incontinencia urinaria

    • Edad avanzada
    • Sexo femenino
    • Deterioro cognitivo
    • Inmovilidad
    • Deterioro funcional
    • Estreñimiento
    • Tos crónica
    • Diabetes mellitus
    • Enfermedad cerebrovascular
    • Algunos fármacos (diure?ticos, hipno?ticos, antipsico?ticos, antidepresivos, calcio-antagonistas, anticoline?rgicos, opia?ceos)
    • Cirugía previa en genitales o aparato urinario
    • Infecciones urinarias
    • Existencia de impactación fecal
    • Barreras ambientales
       
       

      ¿Cuáles son las causas de la incontinencia urinaria?

      Son múltiples:

      • Lesiones genitourinarias específicas,
      • cambios en el organismo relacionados con la edad y
      • situaciones comórbidas (presencia de varias enfermedades o trastornos a la vez).

        ¿Puede curarse la incontinencia urinaria en las personas mayores?

        Mediante tratamientos adecuados, es posible disminuir el grado de incontinencia urinaria en un porcentaje del 30% – 40%, disminuyendo su severidad (frecuencia y volumen) en torno al 40% – 50%.

        ¿Cómo actuar ante la aparición de incontinencia urinaria en las personas mayores?

        Acudir al médico de cabecera, que realizará las valoraciones correspondientes, y si lo considera necesario, derivará el caso a especialistas, fundamentalmente en Urología o Ginecología.

        ¿Cómo se puede tratar la incontinencia urinaria?

        Para el tratamiento de la incontinencia urinaria en la persona mayor, es necesario un enfoque personalizado en cada caso, y tener unas expectativas realistas en cuanto a los resultados que pueden obtenerse.

        En el caso de pacientes con demencia severa, o con problemas neurológicos irreversibles, y en aquellos ancianos cuya condición física esté muy deteriorada a causa de enfermedades crónicas evolucionadas, la curación de la incontinencia puede que no sea posible.

        En estos casos, el objetivo sería paliar en lo posible las consecuencias de la incontinencia, proporcionando al paciente aquellos materiales necesarios para mantenerlo seco (pañales, colectores). La utilización de sondas no estaría nunca justificada como tratamiento de una incontinencia urinaria, con excepción de pacientes en situación terminal como medida de confort, o bien en pacientes con grandes úlceras por presión para mantener la piel seca y favorecer la curación de las mismas.

        En el caso de personas con estado de salud conservado, con capacidad de colaboración y en todos aquellos que se muestren preocupados por la aparición de la incontinencia, debería efectuarse una evaluación dirigida a obtener una orientación diagnóstica y a plantear un tratamiento.

        El tratamiento debería seguir el siguiente orden:

      • Cambios de estilo de vida y medidas de higiene y dietéticas.
      • Programas de rehabilitación de la musculatura del suelo pélvico y entrenamiento de la conducta.
      • Tratamiento con fármacos.
      • Tratamientos especializados.

        Medidas generales y cuidados

      • Espacio fisico:
        • Entorno adecuado (intimidad, fa?cil acceso al retrete, evitar peligros y barreras arquitectonicas, tener una buena iluminación, agarres o asideros si es necesario…).
      • Cuidados directos:
        • Explicar, informar y transmitir la idea de que se puede mejorar el problema, o como mínimo aprender a convivir con el.
        • Promover la autoimagen y la autoestima.
        • Utilizar ropa de calle comoda y facil de poner y quitar: las cremalleras o el velcro son preferibles a los botones por ser más fáciles de abrir y cerrar.
        • Fomentar las relaciones sociales (salidas y paseos).
        • Promover y enseñar la higiene personal, fomentando que la persona intente orinar, tenga deseos o no, cada 1,5 o 2 horas para así estar la mayor parte del tiempo con la vejiga vacía y evitar los escapes.
        • Uso de pañal temporal/permanente (o nocturno).
        • Alimentacion equilibrada y abundante en fibra vegetal (prevención de la impactación fecal).
        • Mantener el peso adecuado y realizar ejercicio habitualmente.
        • Evitar dietas con picantes y/o bebidas irritantes (café, alcohol).
        • Hidratación óptima (predominantemente diurna).
          Disminuir ingesta de líquidos 2-3 horas antes de acostarse e ir al baño inmediatamente antes de ir a la cama.

      Tratamiento específico para cada uno de los diferentes tipos de incontinencia urinaria

      • Terapia de conducta
      • Tratamiento farmacológico
      • Técnicas de rehabilitación
      • Tratamiento quirúrgico
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domingo, 12 de diciembre de 2021

CUIDADO DE LOS PIES EN PERSONAS MAYORES

imagen destacada del artículo sobre consejos para el cuidado del pie en las personas mayores donde se ve a una cuidadora sosteniendo el pie de una anciana 

 Una buena salud podológica es un factor clave en cualquier persona de edad avanzada. Los pies nos ayudan a mantener el equilibrio y evidentemente son claves para poder caminar, y desempeñan por estas funciones un papel importantísimo en nuestra movilidad, y sin embargo, su cuidado queda relegado con frecuencia a un segundo plano y solo nos preocupamos por ellos cuando empiezan a fallar.

 

Además, debemos de recordar que el pie aguanta el peso del organismo de cada persona, por lo que su estructura es muy resistente y compleja. Solo en el pie tenemos 33 articulaciones, 26 huesos, 19 músculos y 107 ligamentos.

Esta complejidad anatómica, muchas veces la sobrevaloramos o mejor dicho, la ignoramos, y con el paso del tiempo y abrumados por el día a día, permitimos cierto maltrato a nuestro pie usando un calzado inadecuado, que nos termina ocasionando problemas como juanetes, callos, durezas, dedos de garra y otras patologías.

REVISIÓN PERIÓDICA DE LA PIEL DEL PIE

 imagen del pie de una persona mayor con una verruga plantar

 

En el pie podemos desarrollar diversas afecciones que en algunos casos no vemos hasta que están desarrolladas o cuando comienzan los dolores. Es aconsejable que si por nuestra edad no podemos revisarnos a simple vista nuestro pie, alguien de nuestro entorno lo haga. Y sino esto no es posible, acudir con regularidad al traumatólogo, al podólogo o incluso en algunos centros, se disponen de Unidades Avanzadas de Pie y Tobillo.

Una revisión periódica de la piel de nuestro pie puede ayudarnos a detectar:

  • Verrugas plantares: son alteraciones en la piel producidas por el virus del papiloma humano, y suelen presentarse como bultos pequeños en talones o dedos.
  • La hiperqueratosis: son microtraumatismos causados normalmente por un calzado incorrecto. Estos microtraumatismos pueden ser las conocidas durezas o los callos

 REVISAR LAS UÑAS DE LOS PIES

imagen de unas uñas con Uñas con onicomicosis 

 

 

Una revisión habitual de las uñas puede ayudar a detectar los siguientes problemas:

  • Uñas encarnadas: algunas veces por calzado inadecuado o por un mal corte de uñas provocamos que los picos de las uñas se claven en el rodete ungueal. Para ello hay que evitar cortar las uñas en forma de teja.
  • Uñas hipertróficas: se da cuando las uñas crecen más de lo normal, originando formas que si no se cortan con asiduidad producen dolor en la persona mayor.
  • Uñas con onicomicosis (hongos): Se dan principalmente en hombres de edad adulta y tiene que ver con la humedad a la que se exponen los pies. Esta patología es causada por hongos dermatofitos y es contagiosa. Se previene con un secado correcto del pie y el uso de chanclas en duchas o piscinas.

REVISAR LA FORMA DE LOS PIES


 

 imagen de unos pies con juanetes

  • Pie en varo: es una desviación del pie hacia dentro, que provoca una carga extra en la parte lateral derecha del pie y callosidades.
  • Pies planos: se da cuando hay un hundimiento de la bóveda plantar y provoca habitualmente una desviación hacia fuera del talón.
  • Pie cavo: se da cuando hay un apoyo anormal en el talón.
  • Juanetes (o hallux valgus): se produce cuando el primer dedo del pie se ha desviado hacia fuera provocando dolor y que el segundo dedo se convierta en un “dedo martillo”, que incluso puede modificar su forma en este proceso.

MANTENER LA MOVILIDAD

 

 imagen de los pies de una persona mayor donde se aprecia que tiene la pierna y tobillos hinchados

 

Para mantener esa movilidad, y que sea de calidad, se recomienda:

  • Realización de plantillas personalizadas para tener una mejor estabilidad en la marcha y preservar el tejido adiposo, y andar por tanto de forma correcta y que una mala salud plantar afecte a nuestro día a día.
  • No llevar una vida sedentaria: al envejecer y sobre todo al jubilarnos perdemos actividad, por lo que no debemos de relajarnos pasando demasiado tiempo sentados, porque ello irá debilitando el pie.
  • Disminuir el sobrepeso: una persona mayor con sobrepeso expone a sus pies a soportar demasiado peso cuando son más frágiles.
  • Cuidar también las piernas: que no se hinchen, la aparición de varices o el cansancio en las mismas puede hacer que reduzcamos nuestra movilidad, lo que afectará a nuestros pies.

REPOSAR DE FORMA ADECUADA EL PIE 

imagen de los pies de una persona mayor sobre una toalla o cojín


Al pasar más tiempo sentada, una persona mayor es más propensa a que se le hinchen pie y piernas, por lo que damos ahora una serie de consejos sobre cómo descansar el pie de forma adecuada:

  • Al estar sentados, evitar cruzar las piernas. Debemos de poner una al lado de la otra de forma natural, en paralelo.
  • Hay que evitar fuentes de calor directo en los pies de forma continuada.
  • Mientras la persona mayor está sentada, hay que mover de vez en cuando los dedos de los pies y los tobillos.
  • No está demás que en la ducha, los pies y los tobillos se mojen con agua más fría cuando estemos acabando.
  • Si la persona mayor sentada muchas horas por alguna causa, los pies deben de estar en alto, colocados por ejemplo en un reposapiés.
  • A la hora de dormir, no está demás colocar un cojín para situar sobre ellos los pies.
  • Y por último, el más obvio: usar calzado cómodo.


sábado, 20 de noviembre de 2021

EL MAL USO DE LOS ANTIBIÓTICOS

 

 

 

 

 

Probablemente su familia tiene que afrontar cada año los habituales resfriados, dolores de garganta e infecciones víricas. Cuando usted acude a su médico por estas enfermedades, ¿espera automáticamente que le receten antibióticos?

Muchos pacientes sí. Y se sorprenden, incluso se enfadan, si salen de la consulta del médico con las manos vacías; después de todo, ¿quien no desea recuperarse lo antes posible? Pero su médico puede estar haciéndole un favor a usted cuando no le receta nada.

 

 

¿COMO FUNCIONAN LOS ANTIBIÓTICOS?

Los antibióticos, utilizados por primera vez en la década de 1940, constituyen sin duda uno de los grandes avances de la medicina. Pero su uso abusivo ha dado lugar al desarrollo de bacterias que no responden a los antibióticos que antes eran eficaces. Además, si se toman antibióticos cuando no es necesario, corren el riesgo de sufrir reacciones adversas, como dolor de estómago y diarrea.

Para entender cómo funcionan los antibióticos, es útil saber que hay dos tipos principales de microorganismos que pueden causar enfermedades: las bacterias y los virus. Aunque ciertas bacterias y virus pueden causar enfermedades con síntomas similares, la manera en que estos dos tipos de microorganismos se multiplican y transmiten la enfermedad es diferente.



  • LAS BACTERIAS son microorganismos vivos formados por una sola célula. Las bacterias están por todas partes y la mayoría no causan ningún daño, y en algunos casos hasta pueden ser beneficiosas. El Lactobacillus, por ejemplo, vive en el intestino y ayuda a digerir los alimentos. Pero algunas bacterias son dañinas y provocan enfermedades cuando invaden el cuerpo humano, se multiplican e interfieren con los procesos normales del organismo. Los antibióticos son eficaces contra las bacterias, pues matan a estos microorganismos impidiendo que crezcan y se reproduzcan.

  • LOS VIRUS, por otro lado, no están vivos y no pueden existir por sí solos; son partículas que contienen material genético envuelto en una cubierta proteica. Los virus “viven”, crecen y se reproducen después de invadir otras células vivas. Algunos virus pueden ser rechazados por el sistema inmunitario antes de que puedan provocar una enfermedad, pero otros (los que provocan resfriados, por ejemplo) simplemente tienen que seguir su curso. Los virus no responden en absoluto a los antibióticos. 

     

     

     

     

     

    USAR LOSANTIBIÓTICOS EN EXCESO ES PERJUDICIAL

    Tomar antibióticos para los resfriados y para otras enfermedades víricas no sólo no sirve para nada, sino que además tiene efectos secundarios peligrosos: con el tiempo, esta práctica puede dar lugar al desarrollo de bacterias que se hayan vuelto más difíciles de destruir. El uso frecuente e inadecuado de los antibióticos tiene como consecuencia la selección de cepas de bacterias que pueden resistir el tratamiento. Esto se llama resistencia bacteriana. Para tratar estas bacterias resistentes se necesitan dosis más elevadas de los medicamentos o antibióticos más fuertes. Los médicos han encontrado bacterias que son resistentes a algunos de los más poderosos antibióticos que existen hoy en día.

     

     

     

    TOMARA ANTIBIÓTICOS DE MANERAS SEGURA

    Entonces, ¿que debe hacer cuando se está enfermo? Para reducir al mínimo el riesgo de resistencias bacterianas, recuerde estos consejos:

  • Sólo se deben tratar las infecciones bacterianas. Pida consejo y pregunte sobre sus dudas. Para evitar el desarrollo de resistencias, es una buena idea dejar que las infecciones leves (especialmente las causadas por virus) sigan su curso; pero aún es mejor, para esas “enfermedades leves”, seguir el criterio de su médico. Si los síntomas permanecen, aunque no empeoren, lleve a su hijo al pediatra. En la consulta, pregúntele si la enfermedad de su hijo es bacteriana o vírica, y sobre los riesgos y beneficios de usar antibióticos. Si es un virus, no presione a su médico para que le recete antibióticos, sino pregúntele de qué manera puede tratar los síntomas.

  • Use los antibióticos del modo prescrito.

  • No guarde los antibióticos que le sobren para una próxima vez.

  • Nunca utilice los antibióticos recetados a otra persona.



Pregunte a su médico de qué manera se pueden tratar los síntomas que causan malestar , como la nariz congestionada o la garganta irritada, sin usar antibióticos. La clave para crear una buena relación con su médico es la comunicación abierta, así que trabajen juntos para lograr ese objetivo.

Utilice los medicamentos adecuadamente. Los antibióticos son sólo eficaces frente a las infecciones bacterianas si se toman durante todo el tiempo que ha prescrito el médico; y también tardan tiempo en hacer efecto, así que no espere que se sienta mejor con la primera dosis. La mayoría de los tardan 1 o 2 días en mejorar. Tampoco debe tomar antibióticos durante más días de los prescritos.

Y lo que es más importante, nunca utilice antibióticos que fueron recetados para otro miembro de la familia; las dosis puede variar, usted querrá tener la seguridad de que recibirá el tratamiento correcto. Guardar antibióticos “para la próxima vez” es una mala idea. Los antibióticos que sobren cuando termine un tratamiento deben tirarse.

Contribuya a la lucha contra la resistencia a los antibióticos siguiendo algunas medidas simples para evitar que las infecciones se propaguen. Fomente el hábito de lavarse las manos.