La demencia es un término que se utiliza para describir un grupo de síntomas que afectan la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales y que son lo suficientemente graves como para interferir en tu vida diaria. No se trata de una enfermedad específica, pero hay varias enfermedades que pueden provocar demencia.
Aunque la demencia generalmente implica pérdida de la memoria, hay varias causas de la pérdida de memoria. El hecho de padecer pérdida de memoria no significa que tengas demencia, aunque a menudo es uno de los primeros signos de la afección.
La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia progresiva en adultos mayores, pero también existen otras causas de demencia. Según la causa, algunos síntomas de demencia pueden ser reversibles.
Síntomas
Los síntomas de la demencia varían según la causa, pero los signos y síntomas frecuentes son los siguientes:
Cambios cognitivos
- Pérdida de la memoria, que generalmente es notada por otra persona
- Dificultad para comunicarse o encontrar palabras
- Dificultad con las habilidades visuales y espaciales, como perderse mientras se conduce
- Dificultad para razonar o para resolver problemas
- Dificultad para manejar tareas complejas
- Dificultad para planificar y organizar
- Dificultad con la coordinación y las funciones motoras
- Confusión y desorientación
-
Cambios psicológicos
- Cambios en la personalidad
- Depresión
- ansiedad
- Comportamiento inapropiado
- Paranoia
- Agitación
- Alucinaciones
Causas
La demencia es causada por el daño o la pérdida de las células nerviosas y sus conexiones en el cerebro. En función del área del cerebro dañada, la demencia puede tener un impacto diferente en las personas y provocar diferentes síntomas.
Las demencias a menudo se agrupan por lo que tienen en común, como la proteína o proteínas depositadas en el cerebro o la parte del cerebro que se ve afectada. Algunas enfermedades se parecen a las demencias, como las que se producen por una reacción a medicamentos o deficiencias vitamínicas, y podrían mejorar con el tratamiento.
Demencias progresivas
Los tipos de demencia que progresan y no son reversibles incluyen los siguientes:
Enfermedad de Alzheimer. Esta es la causa más común de demencia.
Aunque no se conocen todas las causas de la enfermedad de Alzheimer, los expertos saben que un pequeño porcentaje está relacionado con mutaciones de tres genes, que pueden transmitirse de padres a hijos. Si bien son varios los genes diferentes que probablemente están implicados en la enfermedad de Alzheimer, un gen importante que aumenta el riesgo es la apolipoproteína E4 (APOE).
Los pacientes con enfermedad de Alzheimer tienen placas y ovillos en el cerebro. Las placas son grupos de una proteína llamada beta amiloide, y los ovillos son ovillos fibrosos compuestos de proteína tau. Se cree que estos grupos dañan las neuronas sanas y las fibras que las conectan.
Demencia vascular. Este segundo tipo más común de demencia es causado por el daño a los vasos que suministran sangre al cerebro. Los problemas de los vasos sanguíneos pueden causar accidentes cerebrovasculares o afectar el cerebro de otras maneras, como al dañar las fibras de la sustancia gris del cerebro.
Los síntomas más comunes de la demencia vascular incluyen dificultades para resolver problemas, lentitud del pensamiento y pérdida de la concentración y organización. Estos tienden a ser más notorios que la pérdida de memoria.
Demencia con cuerpos de Lewy. Los cuerpos de Lewy son grupos anormales de proteínas en forma de globo que se han encontrado en el cerebro de personas que tienen demencia con cuerpos de Lewy, enfermedad de Alzheimer y enfermedad de Parkinson. Este es uno de los tipos más comunes de demencia progresiva.
Los signos y síntomas comunes incluyen actuar físicamente los sueños durante el sueño, ver cosas que no existen (alucinaciones visuales) y problemas con la concentración y la atención. Otros signos incluyen movimientos lentos o descoordinados, temblores y rigidez (parkinsonismo).
- Demencia frontotemporal. Este es un grupo de enfermedades caracterizadas por la ruptura de las células nerviosas y sus conexiones en los lóbulos frontal y temporal del cerebro. Estas áreas del cerebro están generalmente asociadas con la personalidad, la conducta y el lenguaje. Los síntomas comunes afectan el comportamiento, la personalidad, el pensamiento, el juicio, el lenguaje y el movimiento.
- Demencia mixta. Los estudios de la autopsia del cerebro de personas de 80 años o más que tenían demencia indican que muchos tenían una combinación de varias causas, como la enfermedad de Alzheimer, la demencia vascular y la demencia con cuerpos de Lewy. Se están realizando estudios para determinar la forma en que el hecho de tener demencia mixta afecta los síntomas y los tratamientos.
Factores de riesgo
Muchos factores pueden eventualmente contribuir a la demencia. Algunos factores, como la edad, no se pueden cambiar. Otros pueden tratarse para reducir el riesgo.
Factores de riesgo que no se pueden cambiar
- La edad. El riesgo aumenta a medida que envejeces, especialmente después de los 65 años. Sin embargo, la demencia no es una parte normal del envejecimiento y puede ocurrir en personas más jóvenes.
- Antecedentes familiares. Tener antecedentes familiares de demencia te pone en mayor riesgo de presentar la afección. Sin embargo, muchas personas con antecedentes familiares nunca presentan síntomas y muchas personas sin antecedentes familiares sí lo hacen, pero hay exámenes para determinar si tienes ciertas mutaciones genéticas.
- Síndrome de Down. Hacia la mediana edad, muchas personas con síndrome de Down presentan la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano.
Factores de riesgo que puedes cambiar
Es posible que puedas controlar los siguientes factores de riesgo para la demencia.
- Dieta y ejercicio. Las investigaciones demuestran que la falta de ejercicio aumenta el riesgo de demencia. Y aunque no existe una dieta específica que reduzca el riesgo de demencia, las investigaciones indican una mayor incidencia de demencia en las personas que tienen una dieta poco saludable en comparación con las que siguen una dieta de estilo mediterráneo con alto contenido de frutas y verduras, granos enteros, frutos secos y semillas.
- Consumo excesivo de alcohol. Se sabe desde hace tiempo que el consumo de grandes cantidades de alcohol provoca cambios en el cerebro. En varios estudios y revisiones de gran envergadura se determinó que los trastornos del consumo de alcohol estaban vinculados a un mayor riesgo de demencia, en particular a la demencia de aparición temprana.
- Factores de riesgo cardiovascular. Estos incluyen presión arterial alta (hipertensión), colesterol alto, acumulación de grasas en las paredes arteriales (ateroesclerosis) y obesidad.
- Depresión. Aunque todavía no se entiende bien, la depresión en la tercera edad podría indicar el desarrollo de demencia.
- Diabetes. Tener diabetes puede aumentar el riesgo de demencia, especialmente si está mal controlada.
- Tabaquismo. Fumar podría aumentar el riesgo de desarrollar demencia y enfermedades de los vasos sanguíneos.
- Contaminación del aire. Según los estudios hechos en animales, las partículas de la contaminación del aire pueden acelerar la degeneración del sistema nervioso. Y, según los estudios en humanos, la exposición a la contaminación del aire, particularmente por los gases de escape del tráfico y la quema de madera, se asocia con un mayor riesgo de demencia.
- Traumatismo craneal. Las personas que han sufrido un traumatismo craneal grave corren más riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Varios estudios de gran envergadura hallaron que en personas de 50 años o más que tuvieron una lesión cerebral traumática, el riesgo de padecer demencia o enfermedad de Alzheimer es mayor. El riesgo aumenta en personas con lesiones cerebrales traumáticas múltiples y de mayor gravedad. Algunos estudios indican que el riesgo puede ser mayor dentro de los primeros seis meses a dos años después de la lesión cerebral traumática.
- Alteraciones del sueño. Las personas que padecen apnea del sueño y otras alteraciones del sueño podrían tener un mayor riesgo de desarrollar demencia.
- Deficiencias vitamínicas y nutricionales. Los niveles bajos de vitamina D, vitamina B-6, vitamina B-12 y folato pueden aumentar el riesgo de demencia.
Algunos medicamentos pueden empeorar la memoria. Intenta evitar los productos de venta libre que ayudan a dormir que contengan difenhidramina (Advil PM, Aleve PM) y los medicamentos usados para tratar las urgencias urinarias como oxibutinina (Ditropan XL).
Limita también los sedantes y las pastillas para dormir, y habla con tu médico para ver si alguno de los medicamentos que tomes puede empeorar tu memoria.
Complicaciones
La demencia puede afectar muchos sistemas del cuerpo y, por lo tanto, la capacidad de funcionar. La demencia puede provocar lo siguiente:
- Mala nutrición. Muchas personas con demencia eventualmente reducen la ingesta de alimentos o dejan de comer, lo que afecta su consumo de nutrientes. En última instancia, es posible que no puedan masticar y tragar.
- Neumonía. La dificultad para tragar aumenta el riesgo de asfixia o de aspirar alimentos a los pulmones, lo cual puede bloquear la respiración y causar neumonía.
- Incapacidad para realizar tareas de cuidado personal. A medida que la demencia avanza, puede interferir en tareas, como el baño, vestirte, cepillarte el cabello o los dientes, usar el baño de manera independiente y tomar los medicamentos según lo indicado.
- Problemas de seguridad personal. Algunas situaciones cotidianas pueden presentar problemas de seguridad para las personas con demencia, como conducir, cocinar, y caminar y vivir solo.
- Muerte. La demencia en etapa avanzada puede ocasionar el estado de coma y la muerte, a menudo por infección.
Prevención
No hay una manera segura de prevenir la demencia, pero hay medidas que podrían ser de utilidad. Aunque se necesita más investigación, podría ser beneficioso hacer lo siguiente:
- Mantén tu mente activa. Las actividades mentalmente estimulantes, como leer, resolver crucigramas o juegos de palabras, y la ejercitación de la memoria podrían retrasar la aparición de la demencia y disminuir sus efectos.
- Realiza actividad física y social. La actividad física y la interacción social pueden retrasar la aparición de la demencia y reducir sus síntomas. Procura hacer 150 minutos de ejercicio por semana.
- Deja de fumar. Algunos estudios han demostrado que fumar en la edad madura o en la vejez podría aumentar el riesgo de padecer demencia y afecciones de los vasos sanguíneos. Dejar de fumar puede reducir los riesgos y mejorará la salud.
-
Consume la cantidad suficiente de vitaminas. Algunas investigaciones sugieren que las personas con bajos niveles de vitamina D en la sangre son más propensas a desarrollar la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia. Puedes obtener vitamina D a través de ciertos alimentos, ciertos suplementos y la exposición al sol.
Se necesitan más estudios antes de recomendar un aumento en la ingesta de vitamina D para prevenir la demencia, pero es conveniente que te asegures de obtener la cantidad adecuada de vitamina D. También puede ayudar diariamente una vitamina del complejo B y vitamina C.
Controla los factores de riesgo cardiovascular. Trata la presión arterial alta, el colesterol alto y la diabetes. Baja de peso si tienes sobrepeso.
La presión arterial alta podría llevar a un mayor riesgo de padecer algunos tipos de demencia. Se necesita más investigación para determinar si el tratamiento de la hipertensión arterial puede reducir el riesgo de demencia.
- Trata las afecciones médicas. Consulta al médico para recibir tratamiento en caso de depresión o ansiedad.
- Sigue una dieta saludable. Una dieta como la mediterránea, rica en frutas, verduras, granos enteros y ácidos grasos omega-3, que se encuentran comúnmente en ciertos pescados y en las nueces, podría promover la salud y reducir el riesgo de desarrollar demencia. Este tipo de dieta también mejora la salud cardiovascular, lo que puede ayudar a reducir el riesgo de demencia.
- Duerme con sueño de buena calidad. Practica una buena higiene del sueño y consulta al médico si tienes ronquido fuerte o períodos en los que dejas de respirar o jadeas durante el sueño.
- Trata los problemas de audición. Las personas con pérdida auditiva tienen más probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo. El tratamiento temprano de la pérdida auditiva, tal como el uso de audífonos, podría ayudar a reducir el riesgo.
0 comentarios:
Publicar un comentario