Llegados a una edad, si la salud acompaña, hacer turismo puede resultar una actividad muy adecuada y placentera. Para ello, sin embargo, se deben tener en cuenta una serie de recomendaciones que plantearemos a continuación.
La planificación
Antes de emprender un viaje es importante planificarlo con tiempo: qué se necesitará, de qué manera se llegará hasta allí, serán necesarios documentos como visados, informes de tratamientos, tarjetas sanitarias, vacunaciones… Sobre todo, en el caso de las personas mayores, es esencial informarse bien y planear completamente las vacaciones para no tener problemas o improvistos de última hora. Se debe de tener planeado:
-El medio de transporte
En el caso de viajar en avión, es importante acudir al aeropuerto con suficiente tiempo para efectuar todos los trámites y controles. Las personas mayores deberán acudir con bastante antelación ya que, a menudo, los desplazamientos dentro del propio aeropuerto son interminable. Además, en caso de tener dificultades en la deambulación, pueden solicitar una silla de ruedas a la compañía de vuelos o al mismo aeropuerto para desplazarse con mayor facilidad.
-Duración del viaje
Si el viaje dura más de dos horas, es importante levantarse y caminar por los pasillos del avión, mover los pies, brazos y cuello, para evitar la aparición de coágulos en las piernas o posibles contracturas musculares. Del mismo modo, en el caso de viajar en autocar o en coche, es recomendable salir del vehículo y “estirar las piernas” cada dos horas.
-Cambios de horario y ritmo: Jet-Lag
Viajar conlleva un cambio del ritmo de vida. Las personas mayores acostumbran a llevar una rutina muy pautada por lo que no es recomendable un cambio muy radical. De todas formas, si se produce un desfase horario es conveniente tratar de adaptarse paulatinamente a la nueva situación de cara a disminuir el efecto del jet-lag.
-Alimentación
Las personas mayores tienden a seguir una dieta equilibrada basada en una serie de alimentos a los que su estómago ya está acostumbrado. Viajar, sin embargo, supone conocer una nueva gastronomía: platos más complejos que los acostumbrados, nuevos alimentos, cocinas exóticas… Es bueno explorar este aspecto de la cultura pero con moderación ya que si se da un cambio radical en la dieta, existe el riesgo de sentirse mal.
-Vestimenta
Todo desplazamiento implica la elección de prendas amplias y cómodas. Una vez en el destino debemos adaptar la ropa a la temperatura del lugar, por lo tanto, es útil informarse de las temperaturas y climatología habitual de nuestro destino antes de hacer las maletas. Este aspecto es esencial para la gente mayor que siente mucho más los cambios de temperatura.
-Documentación sanitaria
Ante cualquier desplazamiento, sea corto o largo, cerca o lejos, se tiene llevar la documentación precisa. Es esencial recordar a las personas mayores que deben llevar consigo:
La Tarjeta Individual Sanitaria para ser atendidos en un centro de urgencias del sistema público dentro del territorio español.
La Tarjeta Sanitaria Europea en el caso de viajar por la Unión Europea. Se tiene que solicitar en las Oficinas de Información de la Seguridad Social y tiene una validez de dos años.
Póliza de seguros de viaje: para los viajes fuera de Europa es interesante suscribirla. Podemos informarnos en las agencias de viaje.
-Medicación
La gran mayoría de personas mayores se medican de forma habitual. Si se sigue un tratamiento crónico o de larga duración deben estar seguros de llevar (en el equipaje de mano en el caso de vuelos) la cantidad suficiente de medicación para los días previstos del viaje. Si se han de traspasar fronteras es interesante llevar un informe del médico habitual, traducido como mínimo al inglés, en el que se especifique la necesidad del tratamiento.
Además, en caso de no precisar medicación de forma habitual, es recomendable llevar un pequeño botiquín de emergencia para imprevistos. Este botiquín variará en función del destino, pero en general deberá incluir:
Material para curas (apósitos adhesivos, esparadrapo, gasas estériles, antiséptico), analgésicos (paracetamol, ibuprofeno).
Medicación para el mareo por movimiento.
Crema dérmica con un corticoide suave (para picaduras de insectos o erupciones leves).
Termómetro clínico digital.
-Vacunas
Una persona mayor quizás no realice viajes de tanta duración ni distancia pero, en el caso de traslados internacionales el viajero debe asesorarse sobre la necesidad de vacunaciones u otras medicaciones para prevenir enfermedades propias de la zona que se vaya a visitar. La información se puede recabar en los Centros de Vacunación Internacionales del Ministerio de Sanidad. Allí, además de facilitar las vacunaciones o la medicación necesaria, informa sobre otras acciones profilácticas importantes. Sin embargo, para que estas medidas sean efectivas, la información se tiene que buscar con tiempo suficiente antes del viaje: el tratamiento en ocasiones se tiene que aplicar unas semanas antes del viaje, y además hay que contar con la lista de espera de los centros de vacunación.
LO QUE DEBES SABER
A medida que nos hacemos mayores, más importante es planificar un viaje con antelación ya que más necesidades tenemos.
La planificación del viaje supone organizar qué medio de transporte utilizar, qué vestimenta llevar, qué medicación o vacunas se necesitarán..
Las personas mayores no están acostumbrados romper con su rutina por lo que los cambios en el ritmo de vida, en el horario o en la gastronomía pueden causarles malestar.
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