¿Cómo se forma la catarata?
Para explicar mejor el proceso, nos referimos a las cataratas asociadas a la edad o seniles que, además, son las más frecuentes.
El cristalino es una lente natural que tiene el ojo y que nos permite enfocar los objetos próximos y lejanos y verlos con nitidez. En condiciones normales, el globo ocular recibe los rayos de luz externos (sol, luz artificial). La lente cristaliniana recoge esos rayos de luz y los dirige hacia una zona de la retina (la fóvea), y es en la fóvea donde se forma la imagen nítida. Y para que esto pueda ocurrir el cristalino debe ser transparente. Si el cristalino se opacifica, esta función desaparece, y aparece la catarata y con ella la pérdida de visión.
El cristalino no tiene vasos sanguíneos y no tiene nervios. Contiene unas proteínas que se disponen formando fibras, muy elásticas y transparentes en niños y jóvenes, y que se van transformando en fibras menos elásticas (más duras) y más opacas en el adulto, lo que le resta elasticidad y transparencia. Y aunque el cristalino va formando nuevas fibras a lo largo de toda la vida de la persona, ocurre que con los años las fibras más viejas y más endurecidas se comprimen centralmente para formar un núcleo inelástico, inicialmente central, y luego se va haciendo cada vez mayor hasta afectar a todo el cristalino.
¿Cómo sabemos si podemos tener una catarata?
Los síntomas de estar desarrollando una catarata son:
- Notar una pérdida de nitidez en la visión o en la viveza de los colores
- Tener molestias por la luz del sol o la de las luces artificiales
- Tener una visión parcialmente doble en un ojo.
Estas molestias son progresivas en el tiempo, no de un día para otro. La catarata nunca origina una pérdida brusca de agudeza visual.
Hay que tener en cuenta que la pérdida de visión que origina la catarata no depende exclusivamente del grado de densidad (opacificación) de la misma, que también, sino que es muy importante la zona de la opacidad. Cuanto más posterior en el cristalino sea la opacidad, mayor pérdida visual se origina (aunque el resto del cristalino se encuentre transparente). Las cataratas que afectan a la parte más central o núcleo del cristalino originan una miopización del ojo, lo que puede producir que algunos pacientes puedan leer sin gafas.También hay que tener en cuenta que el nivel de iluminación externa influye en la visión que tiene una persona con cataratas. Por ejemplo, una catarata nuclear origina peor visión con alta iluminación debido a que la iluminación elevada origina una contracción de la pupila dejando la zona del paso de la luz en la zona de mayor densidad de la catarata. Al contrario ocurre con las cataratas corticales o periféricas (no nucleares), que originan peor visión con niveles bajos de iluminación (por el mecanismo opuesto de dilatación pupilar).
¿Cómo se hace el diagnóstico de una catarata?
El diagnóstico final de catarata lo tiene que hacer el oftalmólogo, en base a los síntomas que explica la persona y en base a la exploración del ojo (y que debe incluir la exploración de la agudeza visual, de los reflejos pupilares y del polo anterior del ojo). También es importante la toma de presión intraocular, para detectar posibles hipertensiones oculares o glaucomas y poner tratamiento, si precisaran, antes de la cirugía de la catarata.
¿Cuántos tipos de cataratas hay?
Las cataratas pueden clasificarse según la edad de inicio, la causa, la intensidad de la opacificación o la localización de la opacidad.
Según la zona de opacidad
- Nucleares
- Subcapsulares
- Corticales
- Otras
Según el grado de madurez
- Inmadura o incipiente: el cristalino presenta opacidades dispersas y zonas transparentes.
- En evolución: catarata ya formada, pero sin que haya una pérdida total de la transparencia del cristalino.
- Madura: la catarata ocupa todo el cristalino y no es posible visualizar el fondo de ojo con el oftalmoscopio.
- Hipermadura: el cristalino, además de estar totalmente opaco, presenta una capa líquida que se filtra a otras partes del ojo y causa inflamación.
Según la edad de aparición
- Congénita.
- Infantil
- Juvenil
- Presenil
- Senil
¿Cuáles son las causas de las cataratas?
Las cataratas pueden ser congénitas (el bebé nace con ellas) o adquiridas (aparecen a lo largo de la vida).
Cataratas congénitas
Son las que están presentes en el momento del nacimiento o en los primeros meses de la vida. Existen múltiples causas, casi siempre asociadas a otras alteraciones. La principal causa de ellas es la rubeola.
Cataratas adquiridas
Las principales causas son:
- Vejez o senilidad, que son la causa más frecuente de cataratas. Más del 75% de personas mayores de 75 años tienen opacidades en sus cristalinos.
- Traumatismos en el ojo, tanto los traumatismos contusos como los traumatismos perforantes.
- Enfermedades metabólicas, siendo la diabetes mellitus tipo 2 la causa más frecuente. Otras causas metabólicas incluyen la galactosemia, la manosidosis, la enfermedad de Wilson, el síndrome de Lowe o la enfermedad de Fabry.
- Déficits nutricionales: se han descrito cataratas en pacientes con anorexia nerviosa y en alcohólicos (y que serían debidas a la malnutrición que hay en estos pacientes).
- Tóxicas o por fármacos, principalmente las inducidas por corticoides. Los corticoides tópicos o sistémicos pueden producir cataratas. La catarata corticoidea se inicia en la región subcapsular posterior y posteriormente se va extendiendo. Otros fármacos que pueden producir cataratas son la clorpromacina, los fármacos mióticos (que disminuyen el tamaño de la pupila), y la amiodarona.
- Cataratas secundarias. Son las que se asocian a otra patología ocular, siendo la más frecuente la uveítis anterior crónica.
- Cataratas asociadas a determinados síndromes: en el síndrome de Down, la enfermedad de Steinert o el síndrome de Werner, entre otros, puede aparecer cataratas.
¿Cómo se trata una catarata?
¿Cómo se trata una catarata?
No hay tratamiento médico que cure la catarata. La única forma de quitar la catarata es mediante cirugía. La catarata va restando visión progresivamente, por lo que cuando el paciente lo desee debe operarse siguiendo los procedimientos de máxima seguridad para cada caso.
¿Cuándo operar una catarata?
En las cataratas no muy desarrolladas (no maduras) el ajustar la corrección óptica con gafas, usar unas gafas oscuras si es necesario, tener una buena luz para leer y una lupa simple, pueden ayudar lo suficiente a estas personas para llevar una vida cómoda; y así esperar una maduración de la catarata para operar. Cuando la visión llega a ser tan pobre como para impedir que realice sus actividades cotidianas normales, entonces está indicada la cirugía.
¿Por qué operar una catarata?
La razón principal es para mejorar la visión. Con la cirugía, junto con la mejoría de la agudeza visual, el paciente notará una mejor sensibilidad al contraste y mejor percepción de los colores.
Pero también pueden, haber indicaciones médicas. Aunque no haya un deterioro importante de la visión, hay cataratas que se deben operar y no esperar a que evolucionen. Esto ocurre cuando la presencia de una catarata afecte negativamente a la salud del ojo. Por ejemplo, hay que extraer la catarata en el caso de un glaucoma inducido por el cristalino, o en la retinopatía diabética si la catarata dificulta el tratamiento de la retina con láser, etc. Y también cuando la catarata es por un traumatismo penetrante en el ojo y la catarata aparece en pocos días.
¿Cómo se operan las cataratas?
La cirugía de la catarata consiste en la extracción de la misma y su sustitución por una lente intraocular artificial, cuya potencia ha sido calculada previamente en la exploración realizada en la consulta del oftalmólogo.
¿Cuáles pueden ser las complicaciones de la cirugía de la catarata?
En general, la cirugía es muy segura y vamos a tener pocas complicaciones. Algunas de ellas se pueden producir durante la cirugía como son la rotura de la cápsula posterior del cristalino o la hemorragia. Se corrigen durante la propia cirugía.
Pueden también aparecer complicaciones en los primeros días tras la cirugía, como son la elevación de la presión intraocular, que generalmente transitoria y sin consecuencias; y la infección bacteriana, que requerirá antibioterapia.