¿QUE ES EL ESTREÑIMIENTO?
El estreñimiento es una disminución en la frecuencia de evacuación de las heces,
evacuación que puede llegar a ser difícil e incluso dolorosa si la
dureza y sequedad de las mismas es elevada. A veces va acompañada de la
sensación de no haber evacuado totalmente.
No es una enfermedad, sino un síntoma de otros problemas.
Aunque puede variar en cada persona, se considera comúnmente que una
frecuencia inferior a 1 deposición cada tres días (o menos de 3 a la
semana) nos dice que nos encontramos ante un caso de estreñimiento.
El estreñimiento es uno de los problemas más importantes que aquejan a
las personas mayores, por su incidencia en la población, porque puede
generar complicaciones graves y porque afecta sustancialmente a la
calidad de vida de la población afectada.
FACTORES QUE CONTRIBUYEN EN EL ESTREÑIMIENTO
Edad
Los cambios fisiológicos asociados a una edad avanzada pueden afectar
a los movimientos intestinales que favorecen la defecación. El tránsito
intestinal puede hacerse más lento y los mecanismos que detectan la
presencia de heces en el recto y favorecen el reflejo de la defecación
pueden verse limitados.
Sexo
El estreñimiento tiene una prevalencia mayor entre las mujeres, en una relación de 3 a 1.
El seguimiento habitual de ciertas dietas pobres en fibra puede colaborar en la presencia de estreñimiento. El embarazo es también un factor favorecedor del mismo, ya que con él pueden aumentar las hemorroides.
Cambios de entorno habitual
Algunas personas pueden ver alterados sus hábitos evacuatorios si se
ven obligados a defecar en lugares distintos a aquellos en los que lo
hacen habitualmente –como puede ser en el transcurso de viajes o por
traslados de domicilio– o si el inodoro no está en condiciones de
limpieza adecuadas.
Falta de movilidad, dependencia
La falta de movilidad contribuye también a la disminución de los movimientos peristálticos
necesarios para la evacuación. La necesidad de depender de la ayuda de
otra persona para acudir al baño o la dificultad para acceder a él
pueden generar en la persona mayor un reflejo de evitar la defecación o tratar de retrasarla, con la consiguiente acumulación y endurecimiento de las heces en el recto y el colon.
El uso de bacinillas en situaciones de inmovilidad
puede favorecer también el estreñimiento, puesto que se generan olores y
ruidos que pueden ser embarazosos para la persona mayor.
Medicación
Es común que las personas mayores consuman medicamentos,
que en determinados casos pueden favorecer la aparición del
estreñimiento por si mismos, como ocurre con los analgésicos de tipo
opioide, o por la combinación de medicamentos diversos.
La presencia de estreñimiento crónico puede conducir a un uso continuado de laxantes
para remediarla, y ello puede agravar el problema. El intestino “se
acostumbra” a no trabajar y cada vez resulta más difícil la defecación.
El uso de diuréticos, asimismo, provoca la sequedad y el endurecimiento de las heces en el intestino.
Hábitos alimentarios
Una alimentación escasa, deficiente en fibra, o la toma de poca cantidad de líquidos
son factores que aumentan las posibilidades de que las personas mayores
sufran estreñimiento. La ingesta frecuente de alimentos con fibra
–verdura, fruta, cereales y legumbres– favorece los movimientos del
intestino; una hidratación abundante, por su parte, colabora además en
que la consistencia de las heces sea menos dura.
Alteraciones en las facultades cognitivas
La disminución en las facultades cognitivas puede conducir a que la
persona mayor no responda a los reflejos evacuatorios, o que modifique
sus hábitos defecatorios, ignorando la necesidad de evacuar o retrasando
el acudir al baño.
Presencia de patologías
Las enfermedades anorrectales, como pueden ser las
hemorroides o la fisura anal, pueden generar estreñimiento al reprimir
la persona mayor el reflejo defecatorio, puesto que éste le causa dolor.
Enfermedades neurológicas como la enfermedad de
Parkinson, enfermedades de la médula espinal, cuadros de ansiedad o
depresión, el síndrome del colon irritable, alteraciones metabólicas
como el hipotiroidismo o la presencia de tumores en el colon o el recto
pueden explicar la presencia de estreñimiento.
CONSEJOS PARA EVITAR EL ESTREÑIMIENTO
- Aumentar el consumo de agua o líquidos hasta los 2 litros diarios.
- Incrementar el consumo de fibra vegetal, tomando
más frutas, verduras, legumbres y cereales a la dieta habitual. También
cabe recurrir a alimentos integrales ricos en fibra. Es posible que al
inicio de este aumento en la ingesta de fibra se produzcan algunas
molestias originadas por una distensión abdominal debida a la
acumulación de gases.
- Es recomendable aumentar el consumo de aceite de oliva crudo.
- Comer despacio, masticando bien los alimentos antes de tragarlos.
- Hacer ejercicio físico, aunque sólo sea un paseo
diario de entre 30 minutos y una hora de duración. En las personas
discapacitadas (en cama o inmovilizadas) pueden realizarse masajes
abdominales para favorecer la movilidad del tracto intestinal.
- Otro aspecto importante es tratar de establecer una rutina diaria
para ir todos los días al baño a la misma hora. Es un proceso lento que
requiere paciencia. Por ejemplo, aunque no tengan ganas de evacuar, se
puede ir al baño después del desayuno, buscando la postura más adecuada
para poder hacerlo con el mínimo esfuerzo.
- Si se está tomando algún medicamento que ocasiones estreñimiento, deberá consultarse con el médico para ver si es posible sustituirlo por otro.
- Suprimir el uso de laxantes, salvo en ocasiones
excepcionales. Si se abusa de ellos acaban por no surtir efecto y pueden
hacer necesaria la aplicación de un enema de limpieza para eliminar la
acumulación de heces que está causando el estreñimiento.